Lomo a la Pimienta
- Rubén Ortiz
- 24 may
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 7 nov
Tiempo de elaboración: 50min
Dificultad: Media
2 personas

Hay platos que, desde el primer bocado, te hacen sentir que estás comiendo algo verdaderamente especial. No por su complejidad ni por ingredientes exóticos, sino por ese equilibrio perfecto entre sabor, aroma y textura que convierte una comida en un pequeño lujo. El Lomo a la Pimienta pertenece exactamente a esa categoría: un clásico de la gastronomía que ha sabido mantenerse en el tiempo, conquistando tanto mesas familiares como restaurantes de alta cocina.
Este plato, con su carne tierna y jugosa bañada en una salsa cremosa al punto de pimienta, representa lo mejor de la cocina tradicional: recetas sencillas con resultados espectaculares. Cada detalle cuenta: desde el marcado del lomo hasta el momento en el que la nata se funde con el vino blanco y el caldo para crear una salsa suave, brillante y profundamente aromática. Es esa fusión entre fuerza y elegancia lo que hace del Lomo a la Pimienta un plato inolvidable.
En Cocina Joven, siempre defendemos que las recetas más especiales no necesitan ingredientes imposibles ni técnicas complicadas. Lo que realmente marca la diferencia es el cuidado en la preparación y el respeto por el producto. Este plato es el mejor ejemplo de ello. Con una buena pieza de lomo de ternera, un toque de vino blanco, una reducción cremosa de nata y caldo, y, por supuesto, una generosa capa de pimienta recién molida, puedes conseguir una receta digna de restaurante, pero con ese toque casero que la hace única.
El Lomo a la Pimienta tiene su origen en la cocina francesa clásica, concretamente en el famoso Steak au poivre, un plato emblemático que combina la intensidad del lomo con el picor aromático de la pimienta y la suavidad de una salsa de nata reducida. Con el tiempo, esta receta cruzó fronteras y se adaptó en distintos países, dando lugar a versiones más mediterráneas como esta, donde el aceite de oliva, el vino blanco y el toque dorado de la mantequilla aportan una personalidad diferente, más cercana y cálida.
Lo primero que enamora de este plato es el aroma. Cuando la carne empieza a dorarse en la sartén, liberando su jugo y mezclándose con la mantequilla y el ajo, la cocina se llena de ese perfume inconfundible que anuncia que algo delicioso está a punto de servirse. Ese sonido del lomo chispeando, el color dorado que toma poco a poco y el contraste con la salsa suave que luego lo envuelve… es puro placer culinario.
La pimienta negra recién molida es la gran protagonista. No solo aporta ese toque picante y aromático que despierta el paladar, sino que también da carácter al plato. En su justa medida, resalta el sabor de la carne sin ocultarlo, y cuando se combina con la cremosidad de la nata y la reducción del vino, se convierte en una sinfonía de sabores perfectamente equilibrada. Es una de esas combinaciones que no necesitan explicación: simplemente funcionan.
Uno de los secretos para conseguir un Lomo a la Pimienta perfecto está en el punto de cocción. La carne debe marcarse a fuego medio-alto, lo suficiente para crear una capa exterior dorada y sabrosa, pero conservando toda su jugosidad en el interior. Es ese contraste lo que hace que cada bocado sea tierno por dentro y lleno de sabor por fuera. La mantequilla y el ajo, añadidos al final del sellado, aportan un toque aromático y brillante que realza aún más la textura de la carne.
La salsa, por su parte, es el alma del plato. Su preparación requiere atención, pero también paciencia. Después de retirar el lomo, en esa misma sartén se aprovechan los jugos que ha soltado la carne, mezclándolos con la cebolla picada finamente, el vino blanco y el caldo de carne. Ese proceso de desglasar —que consiste en disolver los sabores adheridos al fondo— es lo que da profundidad y cuerpo a la salsa. Luego llega el momento de incorporar la nata de cocina, que se funde suavemente y transforma el conjunto en una textura cremosa, brillante y seductora.
Mientras tanto, las patatas doradas al horno se convierten en el acompañamiento ideal. Su textura crujiente por fuera y tierna por dentro aporta el contraste perfecto frente a la suavidad de la salsa. Además, absorberán parte de esa crema al mezclarse en el plato, logrando ese efecto irresistible que hace que no quede ni una gota.
Este plato es ideal para una comida especial, una cena en pareja o una ocasión en la que quieras sorprender sin complicarte demasiado. Tiene ese toque elegante y gourmet que parece sacado de un restaurante, pero en realidad es una receta accesible, práctica y con ingredientes que todos tenemos en casa.
Además, preparar este Lomo a la Pimienta es una experiencia sensorial. Desde el sonido de la carne al dorarse hasta el momento en que la salsa comienza a espesar, cada paso te conecta con la cocina más auténtica. Es una receta que invita a cocinar con calma, disfrutando de los detalles y del resultado final.
En la presentación, el emplatado también juega un papel importante. Unas tiras de lomo cortadas con cuidado, bañadas con la salsa brillante y acompañadas por las patatas doradas crean una imagen irresistible. Unas hojas frescas de perejil o una pizca de pimienta molida justo antes de servir le darán ese toque visual que enamora a primera vista.
Más allá de su sabor, el Lomo a la Pimienta es un homenaje a la cocina de siempre: la que se hace con cariño, fuego lento y respeto por los ingredientes. Es un plato que no necesita adornos, porque brilla por sí mismo. Su sabor intenso, la suavidad de la salsa y el contraste de las patatas lo convierten en una experiencia completa que invita a repetir.
Y si hablamos de acompañamientos, este plato marida de maravilla con una copa de vino tinto joven o afrutado, que realza los matices de la carne y complementa el toque especiado de la pimienta. También combina muy bien con una ensalada ligera o unas verduras salteadas si quieres equilibrar la textura cremosa de la salsa.
El secreto final para un resultado de restaurante está en la pimienta: lo mejor es usar una mezcla de granos —negra, verde y rosa— recién molidos. De esa forma, conseguirás un sabor más profundo, con matices que van del picante al floral. La cantidad, por supuesto, dependerá de tu gusto, pero no temas añadir una capa generosa sobre la carne: al cocinarse, la intensidad se suaviza y queda un sabor espectacular.
En definitiva, el Lomo a la Pimienta es mucho más que una receta: es una experiencia. Cada bocado combina la fuerza de la carne, el perfume de la pimienta, el dulzor de la cebolla, la suavidad de la nata y el fondo tostado del vino y el caldo. Es un viaje de sabores que te transporta a la cocina clásica, esa que se disfruta sin prisas y con el paladar atento.
Y lo mejor es que, aunque suene sofisticado, cualquiera puede hacerlo. Solo necesitas seguir los pasos con calma, cuidar los tiempos y usar buenos ingredientes. El resultado será un plato que parece de restaurante, pero hecho con tus propias manos.
Este Lomo a la Pimienta encaja a la perfección con la filosofía de Cocina Joven: recetas que conservan la esencia tradicional, pero con un toque moderno, cercano y accesible. Es el tipo de plato que demuestra que no hace falta complicarse para comer bien; basta con respetar el producto y cocinar con pasión.
Así que si quieres sorprender en la mesa con un plato lleno de sabor, carácter y ese toque gourmet que tanto nos gusta, esta receta es perfecta. Una carne tierna, una salsa cremosa, un aroma irresistible y un final que deja ganas de más.
Porque al final, de eso se trata cocinar: de disfrutar. De escuchar cómo chispea la mantequilla, de probar la salsa mientras espesa, de servir el plato con orgullo y ver la reacción de quien lo prueba. Cada detalle cuenta, y en esta receta todos trabajan juntos para crear algo realmente delicioso.
Cuando lo prepares, entenderás por qué este clásico nunca pasa de moda. Es reconfortante, elegante y profundamente sabroso. Es el tipo de plato que te hace detenerte un momento, saborear despacio y recordar que cocinar, cuando se hace con pasión, es una forma de arte.
¿Listo para probarla? 👇Todas las recetas incluyen su información nutricional al final, para que disfrutes conociendo lo que comes.
INGREDIENTES:
· 2 filetes de lomo de ternera
· 1/2 cebolla
· 100ml de nata de cocina
· 100ml de caldo de carne
· 75ml de vino blanco
· 2 patatas medianas
· Sal y pimienta
· 40g de mantequilla
· 2 dientes de ajo
· Aceite
ELABORACIÓN:
1- Empezamos pelando y cortando las patatas en bastoncitos para reservarlas durante 15 minutos en un recipiente con agua fría y sal.
2- Ahora precalentamos el horno a 210º con calor arriba y abajo si queremos hacer nuestras patatas al horno, aunque se pueden hacer fritas o con la air fryer. Cuando esté el horno caliente metemos las patatas unos 25 minutos o hasta que estén doradas.
3- Cortamos la cebolla en pequeños trocitos y la reservamos.
4- Cogemos nuestros filetes y los embadurnamos con el aceite y lo especiamos con sal, por una cara le vamos a echar una capa de pimienta que lo cubra (no pica tanto no hay que preocuparse) y los llevamos a una sartén a fuego medio-alto para marcarlos por ambas partes y procedemos a echar la mantequilla y el ajo bañando nuestras piezas unos minutos.
5- A continuación retiramos de la sartén la ternera y la reservamos para luego echar en la misma sartén la cebolla junto con el vino blanco y cuando este se evapore le damos paso al caldo y la nata. Añadimos sal y pimienta y removemos hasta que reduzca.
6- EMPLATADO: Cortamos la ternera en tiras i la ponemos en una parte del plato, en la otra pondremos nuestras patatas para que no se ablanden y finalmente le echamos la salsa a los filetes por encima. Ya podemos disfrutar de nuestro:
INFORMACIÓN NUTRICIONAL:
Por 100g
Calorías: 147 kcal
Proteínas: 6.3 g
Carbohidratos: 5.8 g
Grasas: 10.3 g







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